![](http://3.bp.blogspot.com/_b2NMOun2xYA/SzOHIcpcLbI/AAAAAAAAAL8/7T_DgrdB2is/s320/navid.bmp)
![](http://4.bp.blogspot.com/_b2NMOun2xYA/SzOH8ss890I/AAAAAAAAAMU/acW2CvmWH4w/s320/1255597447.jpg)
La ironía navideña, voy a llamarla así, es muy fácil de comprender. En primer lugar, compramos mucho y comemos aún más cuando, en la mayor parte del planeta (que se encuentra ya sin apenas recursos naturales pero, en cambio, despilfarramos cantidades inimaginables de energía en preciosas bombillitas) la gente no tiene nada que llevarse a la boca, ni mucho menos tarjeta de crédito, ni tampoco regalos, ni por supuesto Navidad. Yo pensaba, de pequeña, que la Navidad era algo que se celebraba en todo el mundo, eso sí, de diferentes maneras (en algunos lugares con nieve, en otros con fiestas en la playa, con más o menos vacaciones, no sé.). Lo que yo desconocía era que millones y millones de niños como yo la "celebrarían" muertos de frío y hambre, siendo víctimas de guerras, esclavitud y muchas otras catástrofes. Si Papá Noel vuela con su trineo por todo el mundo, ¿por qué nunca se acuerda de todos estos niños?. Quizás la culpa es nuestra, pues ni valoramos la suerte que tenemos ni la compartimos con los que no tienen nada. Qué egoístas parecemos, no?. Pedimos deseos, recibimos y regalamos, pero gracias a las abismales diferencias entre nuestro mundo y el de afuera, la ironía sigue haciéndose más y más grande cada invierno.
![](http://2.bp.blogspot.com/_b2NMOun2xYA/SzOIKKqooaI/AAAAAAAAAMc/vp_lmN4Bh8c/s320/comp.bmp)
![](http://2.bp.blogspot.com/_b2NMOun2xYA/SzOIKKqooaI/AAAAAAAAAMc/vp_lmN4Bh8c/s320/comp.bmp)
La gente pasea, disfruta de los maravillosos escaparates pensando en ese regalo que le gustaría recibir. La gente escribe cartas a unos hombres muy simpáticos que vienen en camello todos los años y que se comen los turrones y las galletas que les dejamos bajo el árbol. La gente, en definitiva, hace muchas cosas en Navidad, incluso se reúne con personas a las que durante el resto del año no ve. Todos nos volvemos más buenos, más encantadores, más generosos... Sin embargo, nunca nos paramos a pensar en las personas que, mientras vamos de tienda en tienda, tiemblan de frío en un banco o tirados sobre una acera, sí, esos individuos tristes de ropa sucia que nos observan con la mirada perdida y sin esperanza. Tampoco pensamos en aquellos que no pueden ir al cine como nosotros, ni sentarse junto a la chimenea, ni saborear un chocolate caliente de su abuela... porque es muy probable que no sepan qué es el cine, que no tengan chimena, ni chocolate, ni abuela. Puede ser que estén solos, sí, pero sobre todo puede que estén solos porque nadie les recuerda. También están los que sí conocen la Navidad pero no pueden celebrarla porque están enfermos, porque han perdido su casa, porque no tienen ya familia, porque están en otro país lejos de los suyos en busca de una vida mejor y de un futuro más digno.
Sea como sea, la verdadera Navidad debe ser un tiempo de compartir, de agradecer, de valorar, de disfrutar sin necesidad de lujos, simplemente conservando el verdadero espíritu navideño, ese que te mueve a ayudar al más necesitado, al que llora, al que nunca sonríe. La Navidad, sí, ese tiempo que debe ser especial por las personas que nos acompañan (o por el recuerdo de las que ya no lo hacen), por los momentos que compartimos y no por el dinero que gastamos ni por los regalos que recibimos.
Intenté expresar algo así, de forma más breve en mi entrada. Hay muchas Navidades, tantas como situaciones y personas en el planeta, y por eso la Navidad tiene muchas formas de interpretarse. Nadie tiene la culpa de ello.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD, y lo demás ya te lo dije! :)
si tots forem igual de generosos que per Nadal la resta de l'any, el món seria molt millor
ResponderEliminarYa te dije, que las cosas a cámara rápida parecen tener poco o nada de significado. Pero esto, esto me supera...
ResponderEliminar