18 abr 2011

Tu hueco, el mío



Mis versos dicen que el hueco es el único sitio habitable
(Luis Vidales)

Un hueco que te acoge, te atrapa, te arropa.
Un hueco en el que anidas para detener las horas.
El calor de la sangre en ese corazón inquieto
cuando late, baila, tiembla mientras duermes en su pecho.

Narcóticos y estupefacientes que se compran en los labios.
Ojos llenos de alegría, ojos de luz, ojos de faro.
Medicina hecha de almas, de seres, de sueños.
El deseo y la belleza caben en ese rincón pequeño.

El mundo se estrecha, el miedo no te embiste.
Tu mente no tiembla, no piensas, no existes.
El principio y el fin se destrozan en un latido
cuando el amor deja de ser ese monstruo contenido.

Déjame dormir en ti, déjame ser un ser vivido.
Déjame morir en ti, déjame caer en tu suspiro.

Sé ese hueco que me acoge, me atrapa, me arropa.
Déjame anidar en ti para que se detengan las horas.


5 abr 2011

¡Para!



Se ahogan, mueren en el intento de poder serlo todo a la vez sin ser nada. Quieren ser alguien, no saben ser nadie, el tiempo gira rápido y nadie les para. La Tierra no para, las calles no paran, los odios no paran, las envidias no paran. Entonces una luz, roja como la granada, cuando en medio del tráfico alguien llora y grita ¡mundo loco, para, para!

Almas mecanizadas, mentes anestesiadas por el afán de la absurda competencia. Una sombra sin cabeza nos da la bienvenida cuando lo más horrible de los corazones rompe su estado de latencia. Todo es una carrera que dirige hacia el abismo. Ciegos y ensimismados, hombres y mujeres caen presa de su propio egoísmo.

Se agitan las redes sociales, asesinado queda el autoestima de pobres mortales. Los amigos quieren ser amigos, los amantes ya no saben ser amantes. Celos e infidelidades en las redes sociales. Asesinado queda el autoestima de los pobres mortales.

La Tierra no para, las calles no paran, los odios no paran, las envidias no paran. Entonces una luz, roja como la granada, cuando en medio del tráfico alguien llora y grita ¡mundo loco, para, para!

En medio de la jaula, el águila quiere salir. No le dejan mover sus alas, ya no sabe ni vivir. Sueña con un cielo amplio del color de las naranjas. Sueña con un mar tranquilo, sueña con poder sobrevivir.

Es grave la enfermedad que somete a los pueblos de este mundo frenético.