15 nov 2010

Clásicos en el olvido


Cada mañana subo al metro y, ante mis ojos, comienza un ritual que siempre llama mi atención: personas de todas las edades y estilos sacan un libro de su cartera y empiezan a leer ansiosamente, algunos haciendo grandes esfuerzos para no perder el equilibrio con tanto vaivén. Me fijo en los títulos –no puedo evitarlo- y me pregunto qué pensarían autores de la talla de Umberto Eco o Joan Fuster al verse amenazados entre tanto best-seller.

Como decía el propio Fuster en su artículo “L’art de llegir”, publicado por la revista Jano en 1978 y perteneciente a su libro Discordances, “cada día nos enfrentamos al dilema de tener que escoger entre las novedades editoriales o los textos venerables. Los best-sellers suelen ser fugaces y simples, por lo que merece la pena volver a los clásicos”. Las cosas no han cambiado mucho desde que el escritor valenciano advirtió, hace tres décadas, que nos encanta jugar a ser “intelectuales”. Los españoles leemos poco, pero cuando por fin nos decidimos por un libro queremos que sea la última novedad para demostrar que somos bien “cultos”. Hemos olvidado a Cervantes, hemos enterrado para siempre a Dante, Shakespeare, Proust o Víctor Hugo. De los poetas, mejor no hablemos.

Sin embargo, todavía existen lectores que se conmueven con un libro antiguo, con el olor y el color de esos clásicos ocultos entre el polvo de las estanterías. El problema radica en que, como afirma Juan José Millás en “Clandestinos”, un artículo publicado por El país en octubre de 2005, “las personas que se interesan por los clásicos, especialmente si son jóvenes, son consideradas como psicópatas o anormales”. Nosotros mismos, presos por la ignorancia y ajenos al beneficioso poder de la literatura clásica, estamos negándole a nuestro espíritu y al de las nuevas generaciones el placer de conocerla.

La literatura es una ventana, pero también un espejo. En ella descubrimos mundos nuevos y nos conocemos mejor a nosotros mismos. La literatura también nos permite decir y entender lo que nuestra boca calla, pero no lo valoramos. La sociedad se enfrenta a un grave problema que martiriza a profesores, periodistas y escritores: los jóvenes leen por obligación, los estudiantes de periodismo no tocan los periódicos y las nuevas tecnologías parecen desbancar a las publicaciones en papel. Leemos de cualquier manera, leemos con rapidez y nos importa bien poco si la saga de Crepúsculo o el Código Da Vinci nos aportan algo más que un rato entretenido o un momento de evasión.

“Leer es releer”, afirmaba con razón el gran Fuster. Es cierto que nuestro tiempo libre es escaso y es cierto que nuestras circunstancias condicionan la lectura; por eso, regresar a los brazos de Quevedo o Kafka debería ser una obligación. Uno es incapaz de comprender los secretos que estos autores encierran sin detenerse a disfrutar de sus páginas, sin dedicar un fragmento de nuestro valioso tiempo a releer obras como La metamorfosis, Madame Bovary o El buscón. Aún es posible reencontrarse con los genios de la literatura sin necesidad de adquirir caros iPads o E-books; aún existe la posibilidad, como dice uno de las grandes obras de Proust, de partir En busca del tiempo perdido. En nuestras manos está.


13 nov 2010

Hombre


En el mal de tu impresencia
mi ser se quebraba al llorar.
Era como esa flor en el desierto,
alma sedienta del agua de tu oasis.

¿Cómo recorrer los mapas que dibujas,
solo con cinco sentidos y una piel?
La belleza que te oculta alberga veneno
y hay perdición en su poder.

Me perderé.

Resbalaré a lo largo de tu perfecto perfil
y hallaré sombra bajo tus columnas.
Me ahogaré entre las ondas de tu pelo negro,
pero no será suficiente para apagar el deseo.

Deseo, mire donde mire te veo...
Hombre, vayas donde vayas, llévame.
Deseo, mire donde mire arde el fuego.
Tú serás mi agua, yo seré la sed.

Me perderé.


10 nov 2010

Irse




Quiero un destino -lejano- idéntico a tu mirada.
Me dejo lo que no tengo, llevo lo puesto y no llevo nada.

Vente...

Mira cuántas margaritas salen a mi encuentro,
acarician mis pies y bailan con el viento.

Sigamos...

No le temo al miedo, lo he visto perderse -lejano- como tu mirada.
En tus labios llevo espadas.

Quiero olvidarles, dices que la vida no es resignarse a la nada.
Queda atrás el vacío y mi llanto arde ahora -lejano- como tu mirada.


6 nov 2010

Cançó de bressol a la llibertat


Tanca els ulls i dorm, no deixes que t'ofegue la por.

Arriba la nit a la teua ànima i, valenta, vols lluitar. Ara no pots.
Voldries volar, però han desaparegut les ales que aquells diables van tallar. Ara no pots.

Als teus somnis arriben les veus d'aquells homes i dones que van donar la vida per tu, que van morir dignament per amor. Avui, més que mai, importa el record. No els importava l'edat, no els importava deixar el seu ofici d'escriptors o llauradors. Amb armes o sense, lluitaren amb el cor.

No et deixen parlar, han apagat la teua veu i han reforçat la seguretat de la gàbia. Intenten ferir-te en nom d'uns ideals buits i narcotitzats. T'has convertit en la princesa d'aquell conte malvat i eres la presonera de la torre. Has perdut la identitat, víctima d'un encanteri que poc entén de pietat.

Nosaltres, per la nostra part, unim fortament braços i mans. No volem ideologies ni un país enderrocat. Desfarem cada barrera i la unitat ens portarà. Seràs com aquell colom que recorria el món amb un missatge d'esperança per a tots els habitants.

La nit és freda i és llarga, ho sabem, però això no ens detindrà. Encara és possible que et despertes demà. Encara és possible que el somni de tants siga una realitat.

Arriba la tristesa a la teua ànima mentre escoltes aquesta cançó. Vols lluitar, però ara no pots. La nit és freda i llarga, tanca els ulls i dorm.


2 nov 2010

Noviembre



Rozo el sabor de las hojas al crujir,

el cielo melancólico se viste de gris.

Roza una mano mi mano dormida

y vuelve la paz del otoño a mi vida.


Noviembre siempre fue largo sin ti,

fue un mes nostálgico y por abrir.

Noviembre llegaba y se había ído

como otro soplo de viento sin sentido.


Ahora los árboles no lloran, sonríen.

Ahora los pájaros rápido nos persiguen.

La tierra rojiza y el olor de su letargo

dejan de ser tristes en este abrazo largo.


Todo es amarillo, naranja y marrón.

Todo sigue el ritmo de nuestro corazón.

Lloro, grito, río. El miedo no es verdad.

Escondida en tu jersey veo mi risa volar.


Noviembre siempre fue largo sin ti,

fue un mes nostálgico y por abrir.

Noviembre nos acoge y pone título

al tesoro del más dulce de los capítulos.


Roza una mano mi mano dormida

y vuelve la paz del otoño a mi vida.