14 abr 2020

Abrazos en nevera


Me siento arrastrada por un vendaval
atrapado dentro de la cáscara de nuez.

Sube y baja la montaña rusa emocional
mientras en mi cabeza nada un pez.

La realidad se ha detenido en mi reloj.
Vuelan los pájaros en el cielo de València.

Se adivina cada día más lejana tu voz,
pierdo la cordura en este estado de latencia.

Ya no hay fiestas en el sofá de los besos.
Ya nadie arranca los frutos de la morera.
Solo observo sombras de ciudadanos presos.
Solo hay recuerdos de abrazos en mi nevera.

¿Quién nos rescatará de esta primavera ausente?

Por mi ventana he visto pasar, tal vez, un ángel.

¿Cúando volverán nuestros días de plazas y gente?

Los ojos de mi casa me miran con tristeza de cárcel.





3 abr 2020

"Stand-by"


En tiempos de coronavirus
la limpieza de la casa
hay que extremar.

Y hacer ejercicio (en el suelo).
Y comer sano (y no engordar).
Y aplaudir a las ocho.
Y teletrabajar.

Mi mente se embarulla
intentando armar
el puzzle de quehaceres
para que los días no pasen,
aciagos,
sin pena ni gloria,
así sin más.

Hoy he tomado el sol
en la azotea.
He respirado el aire
(mucho más limpio)
que desprende mi ciudad.

Sacudo el edredón.
Cae una foto en blanco y negro.

Antes del toque de queda, tú y yo.
Guardo la polaroid.

Nuestro verano queda aplazado
en el cajón.
 





2 abr 2020

Abriles robados


Veo pasar, a cuentagotas, los segundos
tras mi triste ventanal.

Un perro. Dos hombres con mascarilla.
El coche de la Policía Nacional.

Cruzan las vías unas señoras que hacían cola
en la puerta del supermercado.

Termina la lavadora. Salgo al patio.
Llora el bebé de mi vecina de al lado.

Recuerdo abriles llenos de vida.
Recuerdo el pueblo.
Recuerdo tus guantes mojados.

Cierro los ojos y saboreo aquellas tardes de campo,
la cal de la pared en la casita de los tres tejados.

Como decía el cantante,
alguien me ha robado el mes de abril.

Subo a la terraza.
Tiendo entre las cuerdas ardientes dibujos de ti.

Hoy he pensado en aquella tormenta
entre olivos centenarios
(tú trajiste la lluvia, yo no me puse a cubierto).

La televisión me distrae
de sonidos de ambulancia y desconcierto.

Respiro el oxígeno que necesito
acariciando, a distancia,
la línea fina de tus labios.