2 abr 2020

Abriles robados


Veo pasar, a cuentagotas, los segundos
tras mi triste ventanal.

Un perro. Dos hombres con mascarilla.
El coche de la Policía Nacional.

Cruzan las vías unas señoras que hacían cola
en la puerta del supermercado.

Termina la lavadora. Salgo al patio.
Llora el bebé de mi vecina de al lado.

Recuerdo abriles llenos de vida.
Recuerdo el pueblo.
Recuerdo tus guantes mojados.

Cierro los ojos y saboreo aquellas tardes de campo,
la cal de la pared en la casita de los tres tejados.

Como decía el cantante,
alguien me ha robado el mes de abril.

Subo a la terraza.
Tiendo entre las cuerdas ardientes dibujos de ti.

Hoy he pensado en aquella tormenta
entre olivos centenarios
(tú trajiste la lluvia, yo no me puse a cubierto).

La televisión me distrae
de sonidos de ambulancia y desconcierto.

Respiro el oxígeno que necesito
acariciando, a distancia,
la línea fina de tus labios.





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