Quiero un destino -lejano- idéntico a tu mirada.
Me dejo lo que no tengo, llevo lo puesto y no llevo nada.
Vente...
Mira cuántas margaritas salen a mi encuentro,
acarician mis pies y bailan con el viento.
Sigamos...
No le temo al miedo, lo he visto perderse -lejano- como tu mirada.
En tus labios llevo espadas.
Quiero olvidarles, dices que la vida no es resignarse a la nada.
Queda atrás el vacío y mi llanto arde ahora -lejano- como tu mirada.
Un placer conocerte y leerte
ResponderEliminarEl placer es mío también. Admiro a Ismael desde pequeña (pude conocerle en persona en mayo y hay una entrada en mi blog que habla de eso) y, cómo no, admiro tus escritos también. Muchas gracias! :)
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