24 oct 2010

Noctilucas


El mar nunca deja de sorprender, otra vez me ha sobrevenido el asombro al pasear por una solitaria playa en la noche. Perteneciente a los protistas dinoflagelados y de anatomía simple, un nuevo regalo de la naturaleza guarda un secreto en su interior: cuenta con una enzima que, al reaccionar con el oxígeno, provoca un destello de luz. Estoy hablando de la noctiluca.
Como cada viernes a las ocho, me despido de mi insípida rutina y subo al vagón número cinco del tren de los sueños. Me quito la chaqueta, elijo un asiento con ventana, cierro los ojos y me dejo llevar por la música del i-Pod: hoy toca Drexler. La noche se instala en la ciudad y, con una sonrisa de agradecimiento, saludo otra vez a la luna llena y me abrocho el cinturón. Los pocos viajeros conversan, leen o escriben. Otros no hacen nada. Todos buscamos lo mismo, todos buscamos la playa.

Media hora de viaje es suficiente para olvidar el ruido, el humo, los coches, las prisas, los desencantos del día a día. Los locos transeúntes se deshacen ya en mi mente. No quiero recordar, solo trato de escapar. El viaje es dulce. Un señor con pajarita y grandes gafas lleva a su lado una cesta de mimbre en la que guarda unas botellas de cava que tiemblan con el vaivén del tren. A su lado, una anciana detiene sus ojos en el reloj una y otra vez. Nadie quiere llegar tarde a su cita. La temperatura es la correcta, el murmullo de las voces me acaricia y, entre tantos desconocidos, me siento como en familia. Abrazo mi mochila y me pongo un poco de crema en mis labios. Ya casi hemos llegado.

Me despido del hombre del asiento de enfrente con un guiño simpático y bajo despacio. Me gusta disfrutar de la brisa que golpea mi cara nada más llegar. Todo es perfecto en el pequeño pueblo de Meralia. Unas casitas blancas son el refugio de gente humilde, gente trabajadora, sabios pescadores. Ando poco a poco a lo largo de la calle principal, disfruto de sus esquinas y observo las azules ventanas. Allí está: ante mis pies, empieza el camino que me lleva a la playa.
La cala del Adrión es el lugar más mágico que he conocido. Las rocas trazan una línea interminable que parece acabar en el infinito. El mar murmulla tranquilo y el olor a sal me sumerge en un paisaje idílico. Un barco, a lo lejos, navega solitario. Me gusta el tacto de la arena, suave y fría, entre los dedos de mis pies. Una sensación de paz me abraza y dejo mi mochila en el suelo. Me siento, abrocho los botones de mi chaqueta y una música empieza a sonar... ¿Esos destellos, de dónde vendrán?

¿Una, dos, cinco, doce, cincuenta, cien, mil? ¿Qué son esas lucecitas que encienden la orilla y hasta mi cara hacen brillar? El agua ha cambiado de color y, entre la oscuridad de la noche, las estrellas del universo parecen haberse puesto a bucear a lo largo de toda la costa. Todo se convierte en un espectáculo de destellos y siluetas fosforescentes que se extienden como un manto. Saco mi cámara y enloquecidas, las noctilucas me hacen cantar una canción encandilada. Un fuego en mi alma empieza también a parpadear y no se puede apagar. No quiero dejar de girar.
Me eclipsan pequeños faros de luces intermitentes y diminutas. Brillan y brillan las noctilucas, puntos en el mar oscuro donde la luz se acurruca. Un concierto. Todo se transforma y la arena ahora es un reflejo de lo que acontece mar adentro. Como faros, estas criaturas me dirigen hasta el puerto de los náufragos. Sin embargo, yo me busco sin encontrarme en esta playa desierta.
Enciendo una vela y algo en mi pecho me advierte de que algunas heridas siguen abiertas. Brillan, brillan las noctilucas, puntos en el mar oscuro donde la luz se acurruca. Me acerco lentamente hasta la orilla y entran mis pies en la calidez de un inmenso mar. Como luciérnagas o estrellitas, ahora me acompañan las noctilucas al nadar.
La noche está cerrada y, a lo lejos, siguen palpitando más y más protozoos. Salgo del agua, pero golpeó con mi pie y sin querer una botella. Un mensaje se enrolla en su interior: El miércoles nos veremos, ese día tan especial. El miércoles veré cuál es esa sorpresa, seguro que será bonita. Prométeme que, hasta que venga a buscarte, no dejarás de brillar.
Miro al cielo y sonrío, mis pasos pesan y con mis huellas imborrables escribo una contestación. Alguien parece haberme escuchado, por fin hay alguien que venga al rescate de mi corazón. El mar es ahora una fiesta y la energía lumínica se desborda... Brillan, brillan las noctilucas, puntos en el mar oscuro donde la luz se acurruca.


Un día entendrás que habla de ti mi canción encandilada...


11 comentarios:

  1. Una vez más, la ingeniosa Marianne, sorprende con sus noctilucas y sus paseos soñadores de aires con aromas Drexlerianos.
    Una vez más, la ingeniosa, bella y bohemia soñadora, Marianne, hace volar la imaginación y enamora con sus gotitas de perfume onírico de poesía encandilada en una canción...

    Jack Cohen

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  2. Entré aquí por casualidad, buscando una foto del mar con noctilucas, en google, para enviarle a un amigo y me encantó el blog. Soy uruguaya y en el verano, en nuestras costas disfrutamos de "noches de mar de noctilucas" y puedo asegurar que es verdad lo que cuenta a veces Drexler, cuando tus ojos ven eso, tu corazón también brilla y destella como la noctiluca. Besos

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  3. La luz simple de la vida. Eso son esos destellos. Para nosotros algo bellísimo. Qué bello debe ser poder dejar en otra persona ese asombro y sentimiento sobrecogedor.

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  4. Este verano mágicamente me encontré con las noctilucas en una playa desierta de uruguay, nunca habia visto algo tan hermoso, en la arena, en la cresta de las olas, mis huellas, iban dejando pequeñas estrellas. Escondida tras su magia brillaba mi primer amor, lleno de luz y color, en la noche mas oscura y maravillosa.

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  5. hola: también gracias a drexler supe de la existencia de esas bellas noctilucas y quisiera ir a conocerlas. me podrías decir en que fechas es más factible verlas y en que lugares de Uruguay.
    saludos desde Chile
    Javiera

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  6. Hola. Gracias por esta entrada, es muy bella, me hace desear mucho muchísimo llegar a Uruguay. Vivo en Colombia y aunque aquí he visto paisajes hermosos, sé que tengo que ver una noche de noctilucas para ampliar mi concepto de belleza. Por favor, ¿puede alguien decirme en qué época del año se ven? ya supe que en verano, pero ¿eso quiere decir que entre diciembre y marzo, cualquier noche puedo verlas?

    Muchas gracias!

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  7. quiero ver una noche de noctiluca!!! muy lindo tu post. Entre por tu foto. tambien me encanta Drexler. Noctiluca es una hermosa cancion y Uruguay es divino!
    Saludos

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  8. Hola! Que bella tu foto y que bello todo lo que escribes de la noctiluca! Y Drexler y todo!! Pero me pregunto si en todas las playas y en cualquier fecha se ven las noctilucas o tienen una fecha y lugar especial??

    Saludos desde Perú :)

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  9. Hace una semana estuve por las playas de rocha y tuve la posibilidad de conocer y quedar anonadada por el espectáculo que me brindaron las noctilucas, fui todas las noches que estuve allí a observar este fenómeno increíble que nos brinda la naturaleza, conocí las noctilucas por la canción de jorge drexler pro jamás pensé que me tocaría verlas, quedé muy agradecida y sorprendída por todo lo que esas playas me brindaron, es algo muy especial que te enriquese y te llena el alma completamente, saludos a todos, muy lindo el blog

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    1. Disculpa mi ignorancia, en que parte del globo terraqueo se ubican las playas de Rocha?
      xD
      saludos

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  10. Hermosas palabras, me dan ganas de volar a ese lugar mágico. Dónde se encuentra la cala del Adrión? Mil gracias!

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