29 dic 2011

La feria medieval





Hay algo de vida en esas lámparas que parecen casas. Hay humo en esas casas que parecen lámparas. Uno, dos, tres... Cuelgan los amuletos adornados con conchas y cristal. Huele a queso, a incienso, a castañas y a carnaval. Hay jabones de flores, juguetes de madera, arcos, flechas. Las piedras del suelo acarician nuestros pies. Te compraría uno de esos platos para que siempre comas conmigo. Te regalaría uno de esos colgantes para estar cerca de ti. Jugaría contigo al ajedrez, si me acordara. Me convertiría en ese deseo si lo pudiera cumplir por ti. Me metería en tu cartera, si es que así eres más feliz.

Podemos ser artesanos, duendes, arqueros o cetreros; podemos bailar una antigua danza agarrados de la mano con coronas de flores alrededor de nuestra cabeza. Saltaremos y brindaremos cuando caiga la noche y, en la feria, los malabaristas hagan volar sus bolas de fuego. Yo seré tu princesa, tú serás el trovador. Canta, canta conmigo. Ven a perderte en la feria del amor. Ven, alza tu copa, la Luna vuelve.







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