24 abr 2018

La vida imposible


Hay noches que duran años.

Aunque tengan cuatro horas,

dos minutos,

o un segundo,

en un vaso de ginebra

me he bebido el mes de abril.


Amarnos sin amarrarnos,

besarnos sin escondernos,

leernos sin acabarnos,

mirarnos para escribir.


Qué primavera sin flores.

No te rías si hoy te digo

que he cambiado mi destino

para no escapar de ti.


Secretos, dinero, piernas.

No sé qué tendrán las otras,

pero esta broma macabra

no me deja ni dormir.


Mi cama, esa sala de espera

por donde la sombra de tus ecos

pasa a tientas y mi boca

mastica dibujos de ti.


Esta ha sido nuestra historia.






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